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Los vuelos de larga distancia siempre están llenos de emoción y curiosidad, y este no fue la excepción. Como parte de mi viaje EuroBonus Millionaire, tuve la oportunidad de volar en Clase Ejecutiva de Aeroméxico desde Seúl a Ciudad de México en su Boeing 787 Dreamliner. Lo que lo hizo aún más interesante fue poder probar las cabinas de los modelos 787-8 y 787-9, incluyendo su famoso Sky Bar. Por 114.000 puntos EuroBonus, estaba listo para esta épica travesía, que incluía una breve escala en Ciudad de México antes de continuar hacia Buenos Aires.
Aeroméxico tuvo un agitado 2024 con muchos anuncios, como el relanzamiento de Club Premier como Aeroméxico Rewards y la apertura de una nueva ruta a Seúl, su segunda ruta hacia Asia. Aquí está un desglose completo de cómo fue esta experiencia, desde el check-in hasta el aterrizaje.
| Ruta | ICN-MEX |
| Vuelo | AM91 |
| Cabina | Clase Ejecutiva (Premier One) |
| Avión | Boeing 787-8 |
| Matrícula | N967AM (10 años de antigüedad) |
| Duración del vuelo | 13h 25m |
Cómo reservé este vuelo
Al planear mi viaje EuroBonus Millionaire, decidí iniciar mi regreso a Argentina desde Seúl (mi última parada en Asia). Encontré disponibilidad en la recientemente inaugurada ruta de Seúl a México y, organizando las fechas, pude hacer una escala de 23 horas y conectar con un vuelo a Buenos Aires al día siguiente. Todo esto por 114.000 puntos EuroBonus en Clase Ejecutiva. Además, estaba emocionado por la posibilidad de comparar las cabinas del 787-8 y el 787-9, ambas con el Sky Bar.
Check-In y Seguridad
Pasé la noche en un hotel cerca del aeropuerto (Ibis Styles Ambassador Incheon T2), así que llegué a la Terminal 2 alrededor de las 8:00 am, tras un corto viaje de 5 minutos en el shuttle del hotel y con 3.5 horas antes de mi vuelo. El check-in de Aeroméxico estaba claramente señalado en el pasillo H. Usé la fila SkyPriority, que estaba vacía. El proceso fue sencillo y los agentes fueron amables. También pudieron hacer el check-in para mi segundo vuelo a Buenos Aires, así que obtuve ambas tarjetas de embarque al mismo tiempo.
Después, pasé por seguridad, que fue extremadamente lenta. Todas las filas estaban detenidas y se hacían más largas mientras más personas se unían. Esto no me ocurrió hace unos días cuando volé a Beijing; en esa ocasión, todo fue eficiente y rápido. Tras esperar una hora en fila, algunos pasajeros comenzaron a saltarse la fila para no perder sus vuelos.
Pasada la seguridad, vino el control de pasaportes, que tomó otros 15 minutos para usar una máquina automática (que había funcionado antes) pero que no logró leer mi pasaporte y tarjeta de embarque, enviándome a otra fila con un agente.
Todo el proceso tomó aproximadamente 1.5 horas. Afortunadamente, llegué con tiempo suficiente; de lo contrario, entiendo cómo muchos pasajeros pudieron perder sus vuelos.
Lounge KAL en Incheon
En la zona de embarque, me dirigí al KAL Prestige Lounge, que tenía curiosidad de probar desde mi último viaje. Se encuentra en el segundo piso. No había fila para entrar, a diferencia del lounge Martina al frente, pero estaba lleno, muy concurrido, ruidoso y caótico. Era evidente que era hora punta. Fue difícil encontrar un asiento y las áreas del buffet estaban abarrotadas. Afortunadamente, esta vez, a diferencia del KLM Crown Lounge, la selección de comida era muy buena y constantemente repuesta, lo que facilitó servirse algo.
Consulta nuestra publicación dedicada sobre el KAL Prestige Lounge en Incheon con todos los detalles (próximamente).
Embarque
Después de media hora, caminé hacia la puerta 257, a 15 minutos del lounge. Llegué 5 minutos antes de la hora de embarque, justo cuando anunciaron un retraso de 10 minutos. Aproveché para disfrutar de las vistas del avión desde la terminal.
Primero llamaron a la Zona 1 (SkyPriority), por lo que pude abordar entre los primeros pasajeros. Abordamos por la puerta central.
Cabina y Asiento
Mi asiento era el 4A, un asiento de ventana al frente de la cabina y a la izquierda de la puerta central. Detrás del asiento estaba la galley, pero afortunadamente no había baño cerca, así que fue bastante tranquilo durante el vuelo. La configuración del 787-8 es la ‘antigua’ de Aeroméxico, con diseño 2-2-2, lo que significa que no hay acceso directo al pasillo, por lo que debes pasar sobre tu vecino. El asiento es el modelo Collins Aerospace Diamond, similar a lo que solían tener United, Copa, KLM, entre otros.
El asiento y los cojines son cómodos. El espacio para las piernas es adecuado pero algo limitado en posición cama, comparado con cabinas modernas donde hay más espacio para los pies. En el asiento había un kit de ropa de cama (almohada y edredón), audífonos y una cubierta de asiento que sirve como colchón extra.
El diseño de la cabina, aunque tiene más de 10 años, aún mantiene pantallas de entretenimiento grandes, responsivas y brillantes. También hay algo de espacio de almacenamiento debajo de las pantallas, lo cual es muy práctico.
Un detalle interesante fue encontrar una tarjeta escrita a mano en el descansabrazos, junto con el menú de la comida principal después del despegue (almuerzo). Sin embargo, el menú no incluía las opciones del servicio previo al aterrizaje.
En el descansabrazos central había unos audífonos responsivos, los controles del asiento y un compartimento lleno de revistas. La mesa plegable era fácil de sacar, aunque algo delgada y endeble cuando estaba completamente extendida.
Ropa de Cama
Los artículos de ropa de cama venían envueltos en una bolsa de plástico, a diferencia de otros vuelos recientes donde se usan bolsas reutilizables con cierre. Lo curioso fue que los audífonos venían incluidos con la ropa de cama en lugar de en un compartimento separado. También había una tarjeta con instrucciones para instalar la cubierta del asiento.
Bebida de Bienvenida
Mientras la cabina se preparaba para el despegue y todos los pasajeros abordaban, nos ofrecieron un vaso de agua o jugo (sin alcohol).
Empujamos desde la puerta a tiempo, mientras un video de seguridad se reproducía en tres idiomas (español, inglés y coreano).
Desde que dejamos la puerta, entre el pushback y el rodaje, tomó aproximadamente 20 minutos despegar. La mañana estaba soleada, con vistas impresionantes.
Kit de Amenidades
El kit de amenidades, fabricado por Etro, incluía varios materiales reciclados, como plástico y cuero. El contenido era bastante completo, con pantuflas, antifaz, kit dental (cepillo, pasta y enjuague bucal), peine, tapones para oídos, crema de manos, bálsamo labial y algo que me sorprendió gratamente: un pequeño cuaderno de 48 páginas (“field notes”) junto con un bolígrafo. ¡Un toque agradable!
WIFI
La mayoría de los 787 de Aeroméxico cuentan con WIFI a bordo. Recuerdo haber volado con ellos hace casi 10 años, y esa opción no estaba disponible. Ahora usan equipos modernos de Panasonic que funcionan rápido y con buena cobertura, el mismo sistema que tuvo China Airlines en mi reciente vuelo con el A350. Sin embargo, los pasajeros de Clase Ejecutiva solo reciben un voucher de 2 horas para un vuelo de casi 14 horas. Aunque no pregunté si la tripulación podría entregar otro, creo que debería ser gratuito durante todo el vuelo, como con China Airlines.
El sistema era fácil de usar y se activó rápidamente con el voucher. Recomiendo crear una cuenta para cambiar de dispositivo usando el mismo código. Los precios eran USD $5.99 por 1 hora o USD $21.99 por todo el vuelo. Un aspecto positivo es que todos los pasajeros tienen acceso gratuito para mensajes (WhatsApp, iMessage y Messenger), aunque no permite enviar fotos o videos.
Baños
La cabina de Clase Ejecutiva tiene acceso a un baño en la parte delantera y dos más en la galley trasera. Los baños estaban bien iluminados y eran limpiados frecuentemente por la tripulación. Aunque este 787 no tiene ventana en el baño como otras configuraciones de aerolíneas, tenía detalles agradables como flores y crema para las manos.
Primera Comida
Pocos minutos después del despegue, la tripulación pasó a tomar las preferencias para el plato principal. Lamentablemente, para cuando llegaron a mi fila, ya no quedaban opciones, excepto la comida coreana (bibimbap). Aunque no fue un gran problema para mí, en ambos vuelos con Aeroméxico me encontré en la misma situación, teniendo que aceptar lo que quedaba porque no cargaron suficientes platos de las otras opciones.
Lo sorprendente fue que, en este primer tramo, yo estaba en la fila 4 de 9, así que la mayoría de los pasajeros tampoco tuvo opciones. En mi segundo vuelo, me recomendaron pre-ordenar las comidas en línea, algo que Aeroméxico no publicita adecuadamente. A diferencia de otras aerolíneas, no recibes recordatorios por correo electrónico, ni durante el check-in. Mi consejo es recordar pre-seleccionar las opciones de comida para evitar contratiempos.
Primero, una toalla caliente.
De entrada, sirvieron un plato de queso, galletas y salmón crudo.
El plato principal fue bibimbap coreano, que estaba muy sabroso y bien preparado.
De postre, ofrecieron una panna cotta de durazno y guayaba junto con helado.
Descanso
Después del almuerzo, la cabina fue oscurecida. Este vuelo es curioso en cuanto a las zonas horarias y diferencias. Despegamos antes del mediodía, el vuelo dura casi 14 horas y aterriza el mismo día, una hora antes de la hora de salida. Cruzando el Pacífico, básicamente “viajas al pasado”. Decidí almorzar y tratar de dormir lo más posible para adaptarme al horario en México. Estaba cansado y desfasado por los días anteriores, así que logré dormir entre 7 y 8 horas en total (algo muy raro para mí). Esto hizo que el viaje se sintiera más corto.
Bar de la Galley
Durante el vuelo, la galley tenía carros con snacks que se cambiaban cada par de horas. Había bastantes opciones para elegir, incluyendo fruta cortada, fresas cubiertas de chocolate y otros bocadillos.
En uno de mis viajes al baño, aproveché para caminar por la cabina de Economy y observar. Para mi sorpresa, estaba más ordenada de lo que esperaba en un vuelo tan largo.
Segunda Comida (Desayuno)
Unas dos horas antes de aterrizar, la tripulación repartió toallas calientes antes del desayuno. También ofrecieron café o té.
Al igual que con el almuerzo, no tuve opción y me sirvieron un quiche de salmón, que estaba sabroso pero no sería mi primera elección para el desayuno. Las otras opciones (yogur con granola o omelette de queso) no estaban disponibles. La bandeja incluía fruta, mermelada, mantequilla y croissants.
Llegada
El día estaba nublado en Ciudad de México, pero el descenso aún ofreció vistas pintorescas. El aterrizaje fue suave y la tripulación se encargó de preparar la cabina con amabilidad. Llegamos a la Terminal 2 del Aeropuerto Benito Juárez, la principal de Aeroméxico. Aunque el aeropuerto estaba caótico y ruidoso, la llegada fue organizada. No había nadie en el control migratorio, así que pasé en menos de 2 minutos.
Video
Conclusión
En general, mi experiencia con Aeroméxico fue muy buena. Aunque la cabina de su 787-8 no es la más moderna y la configuración del 787-9 es más cómoda, sigue siendo una opción sólida para un vuelo tan largo. Me sorprendió lo mucho que dormí y la cubierta extra para el asiento ayudó a que fuera más cómodo. La tripulación fue extremadamente amable y la comida fue decente. La desventaja fue la falta de opciones tanto en el almuerzo como en el desayuno, ya que se agotaron rápidamente. A pesar de esto, fue un gran vuelo y no dudaría en volar con ellos de nuevo. Mis dos consejos serían: pre-ordenar las comidas y considerar que el control de pasaportes y tránsito en MEX puede ser caótico.